Ahora bien, vivir el día a día no significa en absoluto ignorar el futuro y dejar de prepararse para él. Todo lo contrario: hay que reflexionar profundamente en el mañana, planificándolo y preparándose para afrontarlo. Pero hay una diferencia abismal entre reflexionar sobre el futuro y preocuparse demasiado por él; entre prepararse para afrontarlo y obsesionarse demasiado por él; y entre el aprovechamiento del presente y la inquietud desconcertante ante el futuro.
En este sentido, al prohibir el despilfarro y la inmoderación, promoviendo la prudencia y la economía, el Islam salvaguarda el futuro del ser humano: así, de su salud, juventud y tiempos de paz, debe destinar una parte que será útil para la enfermedad, la vejez y los tiempos de guerra. Sufian Al-Thauri, un ilustre tabii, poseía una fortuna no desdeñable y solía señalar sus bienes diciendo a sus hijos: ‘¡Si no fuera por eso, los Banu Umayyah nos habrían esclavizado!’ Es decir, su riqueza le mantuvo a salvo de los gobernantes, puesto que no se vio forzado a lisonjearlos.
En realidad, el vivir con la mentalidad centrada en el presente ayuda a lograr esta autosuficiencia; de hecho, un presente estable garantiza el éxito en el futuro, por lo que no habría cabida para la ansiedad. ¿Sabes cómo echa a perder el ser humano los años de su vida? Pues al abrigar demasiada esperanza en el mañana, olvidándose del presente; y es que se muestra tan ansioso por el futuro hasta que llega el fin de su vida, hallándose entonces despojado de todo bien.
Afirma Stephen Leacock: “‘¡Qué curiosa es la vida!’ Un niño dice: ‘¿Cuándo seré mayor?’ El adolescente: ‘¿Cuándo seré hombre?’ Y cuando sea hombre, se pregunta: ¿Cuándo me casaré? Y una vez casado, se pregunta: ‘¿Cuándo me jubilaré?’” Cuando ya se ve abrumado por la decrepitud, se fija en el tiempo pasado de su vida y tiene la sensación de ser rozado por rachas de viento glacial.
Pero se da cuenta, ya demasiado tarde, que el valor de la vida radica en vivirla plenamente, con todos y cada uno de sus momentos.
En referencia a quienes echan a perder su vida, dejando que los días se les escapen de las manos, Allah dice: 55. El día que llegue la Hora, jurarán los pecadores que no han permanecido sino una hora. Así estaban de desviados…[1] Afirma asimismo:46. El día que la vivan, les parecerá no haber permanecido más de una tarde o de una mañana.[2]
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